La
primera vez que mi hermana mayor y yo cocinamos teníamos 12 y 9 años
respectivamente. Estábamos solas en casa y mi hermana decidió hacer
para cenar arroz, porque según teníamos entendido era muy fácil de
preparar. Ella sabía que lo que se necesitaba no era más que arroz,
agua y sal y que las medidas eran el doble de una cosa que de otra.
Pero nos equivocamos. Pusimos el doble de arroz que de agua así que
el arroz que resultó de nuestro primer experimento estaba casi tan
duro como el que todavía quedaba en el paquete.
A
día de hoy, nos reímos al acordarnos de esa anécdota. Ya no
confundimos las medidas y preparamos unos arroces riquísimos.
La pequeña guía que hay a continuación pretende invitaros a dar un paseo por el mercado para elegir los alimentos que queráis cocinar y entrar en la cocina sin miedos. Espero que encontréis una receta que os guste y que os atreváis a cocinar y hacerla vuestra.
A gusto de cada uno!
